Estimado Inversor,
El eslabón más débil en Europa sigue siendo Alemania, cuya economía se está recuperando
lentamente de la caída experimentada en la segunda mitad de 2023. Se espera que el
crecimiento para 2024 sea muy modesto (alrededor del +0,2%). Alemania, como primer país
exportador de Europa, está sufriendo especialmente la política monetaria restrictiva de los
principales bancos centrales, que frena la demanda de bienes de capital. Además, las últimas
tensiones comerciales con China debido a la subida de aranceles a los vehículos eléctricos chinos
podría ser un nuevo contratiempo para el país Germano, y por ende Europa.
Otro revés para el continente, al menos a corto plazo, es la incertidumbre política que surge de
las recientes elecciones al Parlamento Europeo, así como el posible impacto en los mercados
financieros ante la difícil situación después de las elecciones francesas.
¿Por qué Europa no alcanza a EE. UU.?
Son múltiples las evidencias del distanciamiento entre dos de las mayores potencias económicas
mundiales durante los últimos años, EE. UU. y Europa. Con una población similar de 330 millones
de habitantes los americanos frente a 440 los europeos, y unos tamaños de riqueza casi
idénticos en 2007, alrededor de 14,5 billones de dólares de PIB, hoy 16 años después, la
economía norteamericana ha casi doblado su tamaño hasta los 27,5 billones frente a una
Europa que consigue un exiguo 25% acumulado durante dicho período.
Las distintas políticas sociales y económicas emprendidas por las diferentes regiones mundiales
a lo largo de los últimos años han tenido mucho que ver en lo anterior, dibujando un panorama
económico internacional tristemente caricaturizado por el dicho “Estados Unidos innova, China
replica y Europa regula”.
A la vista de los datos parece que el exceso de regulación, así como las consecuencias en
ocasiones perjudiciales de la misma, ha ido ocasionando una continua desventaja competitiva
de Europa en el plano internacional. Traduciéndose a su vez en un retroceso del poder
adquisitivo y del bienestar de sus ciudadanos en diferentes métricas, por ejemplo, el salario
medio americano dobla prácticamente al europeo.
Algunos ejemplos de lo anterior serían la prohibición de la venta de coches de combustión
interna a partir de 2035 sin explorar antes otras posibilidades tecnológicas más allá de la pura
electrificación, mediante el impulso por ejemplo de combustibles sintéticos de emisiones neutras,
hoy existentes en el mercado. Otro ejemplo sería todo lo acontecido con la transición energética
hacia fuentes de generación casi exclusivamente renovables, descuidando por el camino la
importantica de un suministro estable, seguro y asequible. Todo esto ha ocasionado unas
terribles consecuencias en forma de altísimos costes energéticos tanto para familias como para
empresas basadas en Europa.
Más ejemplos, de igual manera perjudicial ha sido el mecanismo de derechos de emisión de
CO2 aplicable a las empresas basadas en el continente para sectores como el acerero o
cementero que han de competir en mercados globales no sujetos a dichas medidas regulatorias.
Sin entrar en juzgar valoraciones de carácter medioambiental, la regulación europea ha
llegado a ocasionar paradojas difíciles de entender como la ocasionada por la prohibición de
la extracción de gas natural mediante hidrofracking en territorio europeo al mismo tiempo que
se han firmado contratos de abastecimiento de gas americano extraído con esa misma
tecnología. La misma que ha llevado a la prosperidad de EEUU en lo referente a su
autosuficiencia energética durante los últimos años. Es realmente irónico.
Ante esto, algunas empresas europeas piensan en cambiar de jurisdicción o se ven obligadas a
tomar decisiones más extremas como la de cerrar capacidad productiva para siempre, hemos
visto el caso de la mayor empresa química del mundo, la alemana BASF, anunciando el cierre
de un 10% de su capacidad de producción de amonio en su mítica planta de Ludwigshafen al
mismo tiempo que impulsa el mayor proyecto de inversión de su historia en China, estimado en
unos 10 mil millones de dólares de inversión, lo que incrementará su exposición al país asiático
del 13% actual hasta el 20% de sus ventas.
Sea como fuere, las decisiones regulatorias de la UE parecen haber estado más dirigidas a
proyectar una imagen de moralidad y corrección política a nivel global, en lugar de centrarse
en el verdadero bienestar y progreso de sus ciudadanos y empresas. Esto ha resultado en
medidas que, en lugar de favorecer el desarrollo interno de Europa como región, han generado
efectos contradictorios, poniendo en duda la efectividad de dichas regulaciones para cumplir
sus objetivos declarados.
También se observa en el campo de la innovación, donde de las 50 empresas tecnológicas más
representativas del mundo tan sólo 4 son europeas. Algo que cuesta entender para una región
con un tamaño de mercado por población que supera a la americana, con una capacidad
Inversión inmobiliaria Q2 2024
Mejores perspectivas. La inversión inmobiliaria en España durante 2024 subirá entre un 5% y un 10%, con respecto a 2023, hasta los 12.500 millones de euros. Según el informe ‘Real Estate Market Outlook 2024’, publicado por la firma de consultoría CBRE, esta cifra está en línea con la media de volumen que se ha registrado el sector durante los últimos cinco años.
“Estamos ante una nueva etapa y un nuevo escenario, con unas nuevas reglas de juego, que es un entorno de tipos de interés diferente al de los últimos años. Según nuestras estimaciones, la inversión inmobiliaria mejorará sus cifras durante este año, especialmente de cara a final de año”,
La inversión inmobiliaria aumentará ligeramente en 2024 tras un derrumbe del 50% en 2023
En 2023, el volumen de operaciones en España cayó un 35%, con respecto a 2022, que fue un año récord, con más de 17.600 millones de euros. En total, el pasado año se transaccionaron inmuebles por valor de 11.400 millones de euros. Las cifras de nuestro país superaron, con creces, a las medias de la Unión Europea, donde el desplome se situó en el entorno del 48%.
Otro de los tipos de activos que tendrán un buen 2024 serán los parques y centros comerciales, que han sido uno de los más penalizados en los últimos años por el auge del comercio electrónico. “Esperamos que los salarios crezcan durante este año por encima de la inflación, un capital cuyo destino será el consumo del que se benefician los activos comerciales”, “Los centros comerciales van a ser uno de los sectores sorpresa en 2024. Están registrando buenas afluencias y ventas. Están a precios y rentabilidades muy atractivas, a la vez que la banca está abriendo el grifo para financiar adquisiciones”.
Atentamente,
EQUATH Investments
David Duran
Socio Fundador
Barcelona, 15 de julio de 2024
